Ayer, con el tradicional espectáculo de fuegos artificiales, daba por concluida la última edición de la Feria de Abril de Sevilla que, este año, tenía lugar íntegramente en mayo. Ocho días de fiesta, de cante, de baile y, por qué no decirlo, de tendencias, que hacen que dicha celebración sea referencia – junto a la Jerez – en moda flamenca para las próximas ferias que se celebran a lo largo y ancho de Andalucía.
Tras las tendencias presentadas a principios de año en We Love Flamenco – WLF – y en el Salón Internacional de la Moda Flamenca – SIMOF -, no es hasta la llegada de la Feria de Abril cuando sabemos si dichas propuestas tendrán mayor o menor acogida entre las sevillanas, en la que influyen numerosos factores.
Una de las tendencias más vistas – por no decir la que más – este año sobre el albero del Real ha sido la combinación de los trajes rojos con los complementos en tonos malva, morado o berenjena. Todo una apuesta por el riesgo, cromáticamente hablando, pero que la mayoría ha sabido darle su toque y salir airosa.
La segunda de ellas ha sido el triunfo definitivo del estampado flamenco por excelencia: los lunares, sobre todo de tamaño pequeño y mediano.
El uso de mantoncillos bordados en flores de muchos colores se ha postulado como otra de las tendencias de esta pasada edición, así como la vuelta al talle para colocárselo.
Foto: Instagram @mariapombo
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