El Baile de la Rosa es uno de los acontecimientos sociales con más repercusión del Principado de Mónaco y, por tanto, una de las citas ineludibles para la familia Grimaldi. Año tras año, desde hace alrededor de 20 años, Karl Lagerfeld era uno de los invitados más esperados y, a su vez, el encargado de decorar y organizar dicho evento, por lo que, lógicamente, este año, el Baile iba por y para él.
La princesa Carolina, una de sus mejores amigas, fue más protagonista que nunca – si cabe – debido al homenaje, en forma de vestido, que le rindió al káiser de la moda. Dicho diseño se trató de un – cómo no – Chanel Alta Costura en color negro con escote barco y con varias capas de volantes en color rosa que caían desde un lateral de la cintura hasta el bajo del mismo. Como complementos, un collar de perlas y brillantes que su padre, el príncipe Rainiero, le regaló a su madre, Grace Kelly, antes de casarse, y unos pendientes a juego. A sus pies, unas discretas sandalias de tacón, también en color negro, al igual que el bolso.
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